CARTAS MARIANAS - VIII




12 de abril de 2012

Hoy se cumplen 25 años de la Consagración de la Argentina a la Virgen de Luján. Fue un acto de solicitud paterna de Juan Pablo II, que en sus viajes “confiaba” o “encomendaba” cada país a su Patrona. En Argentina usó la palabra que más quiere la Virgen: “Consagración”. No es un detalle menor, es el conocimiento del Papa de que en Argentina no hubo quienes se opusieran a tal palabra, que significa separar para una entrega completa - y sagrada- a Dios, cuestionada en no pocos ambientes en estos tiempos de rebeldía espiritual. La Argentina ya había sido consagrada al Corazón Inmaculado de María en forma plena, unánime y fervorosa.

Esta Consagración fue hecha en el marco de la Jornada Mundial de Juventud de 1987. El Papa Todo Suyo había hecho traer la verdadera imagen de la Virgen de Luján a Buenos Aires. Una multitud más que millonaria colmaba la Avenida 9 de Julio, en su mayoría jóvenes, mientras otras multitudes participaban a través de los medios, desde la Argentina y desde muchos países del orbe. Ese día brillaba el sol de manera especial, fue un día de gloria.

Sin embargo, en este 25º aniversario ningún medio recuerda ni siquiera la fecha, tampoco en los templos, en las comunidades y asociaciones. El recuerdo de ese acontecimiento de gracia ya no está en las mentes de nuestros hermanos. Conversando con amigos, y logrando que hagan un esfuerzo, algunos logran recordar algo: que fue en la 9 de julio, con palmas y olivos (Domingo de Ramos), algunos el papamóvil, o alguna anécdota personal, tratando de encontrar, en una gran foto que les muestro, el lugar que consiguieron en la Avenida, pero hasta allí nomás. Recuerdan clásicos de futbol, goles, políticos, crisis económicas, pero eso de una Consagración a la Virgen de Luján… Es mucho pedir.

¿Y del significado de tal Consagración? De eso nada, y mucho menos de lo que cada uno tendría que haber hecho para vivirla. “¡Virgen de Luján, te consagro la Argentina pacificada y reconciliada…!” proclamaba el Papa. Pero nadie se acuerda, Y por eso, seguramente, es que no llega esa pacificación y reconciliación.

Sobre la fotografía de la multitud de hace 25 años hemos puesto otra de la Santa Imagen, tomada ese mismo día, con el Cielo de la Patria reflejado prodigiosamente entre sus rayos y sobre su luna de plata. Podemos enviarla en forma digital a quienes la pidan. Además, con la ayuda del Señor pronto enviaremos un nuevo llamado a la oración que quisimos titular “Un clamor nacional”.

En el 2011, desde estas cartas, hemos pedido “Un año de oraciones por la Patria”. Dios quiera que en la intimidad de cada hogar se hayan elevado muchas plegarias. Pero aunque así fuera, aún es poco. Los pecados son muchos y muy graves. Esa Argentina de la Virgen de Luján es la que hoy tiene la primera ley de unión degenerada de América, la que está al borde de legalizar el asesinato de los bebes en el seno materno, la que proyecta destruir por completo su tradición cristiana, la que olvida el lugar de Dios en su vida pública… Es la Argentina que hemos dejado dividir y enfrentar, la que, hipnotizada por la TV y envenenada por la mentira, la lujuria, la codicia, el robo, y toda clase de crímenes, está resbalando hacia el abismo.

Es verdad que la peregrinaciones a los grandes Santuarios aumentan cada año en número y en fervor. Pero es necesario que ese fervor no se apague al regresar a casa. Es verdad que aumentan también los templos donde se adora de continuo el Santísimo Sacramento, pero aún no basta. Es necesario que los adoradores contagien a otros. Es necesario que se rece mucho más, que el Rosario sea más amado, que la Santa Imagen de Nuestra Madre sea coronada y reconocida como Reina en cada una de las casas argentinas…En fin, es necesario y urgente que nos convirtamos en espíritu y en verdad.

¡Madre y Señora de Luján! Te contemplamos con las manos juntas intercediendo por tu Argentina! En estos días, aunque seamos pocos, nos unimos para recordar, agradecer y renovar la Consagración que te hizo de nosotros el Beato Papa Juan Pablo. ¡Escúchanos Madre y ten misericordia de nosotros!

Giorgio Sernani

giorgiosernani@speedy.com.ar


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